EL MIEDO TE SOMETE, LIBÉRATE Y LUCHA
El
panorama al que estamos asistiendo los trabajadores es de una gravedad
inédita. Ante las exigencias del capitalismo mundial los gobiernos que
padecemos responden desmantelando todas las conquistas que hemos ido
consiguiendo, nosotros y los que nos precedieron, con años de dura
lucha. Están destruyendo los servicios públicos en sectores clave:
sanidad, educación, transporte… para entregarlos a las grandes empresas
privadas, socializando las pérdidas y privatizando las ganancias.
En
el estado español las últimas reformas laborales, la anterior del PSOE y
la última del PP, están instalando el miedo como eje de las relaciones
laborales, a base de despidos masivos y rebajas de salario amparadas por
la legalidad vigente. Aprovechan el terror de los trabajadores y sus
familias para imponer condiciones de trabajo miserables y esclavistas.
La última reforma de las pensiones decretada por el gobierno Rajoy
endurece las condiciones para acceder a una jubilación digna, acelera
las etapas para prolongar la edad exigible, recorta las prestaciones
económicas y favorece el trabajo activo paralelo de los jubilados. A la
vez se lamentan del monstruoso paro juvenil. Esta situación, alargando
el período productivo de los trabajadores e impidiendo así el acceso de
los jóvenes a un trabajo, es insostenible.
Víctima
de sus contradicciones el sistema está herido de muerte, pero tratará
de morir matando. La careta democrática es incapaz ya de ocultar que
sufrimos una suerte de dictadura capitalista que se renueva cada cuatro
años. Con la excusa de la legalidad obtenida en las urnas (a base de
falsas promesas y engaños) se gobierna en contra de la mayoría y los
sectores más desprotegidos. CCOO y UGT, reconocidos por el sistema como
“interlocutores sociales” son los primeros que legitiman estos desmanes con protestas simbólicas y son pagados con subvenciones para perpetuar sus estructuras burocráticas.
Pero
la solución no está en la aparición, electoral o no, de un presunto
salvapatrias que realice nuevas promesas que sabe de antemano que no
cumplirá. La solución comenzará a hacerse visible desde el momento en
que los trabajadores perdamos el miedo y nos rebelemos contra el orden
actual. Hay que derribar al capitalismo tambaleante y realizar una
verdadera revolución social, arrebatando el poder de las ávidas manos
que ahora lo aferran y democratizándolo. La lucha organizada es el único camino.
NO TENEMOS NADA QUE PERDER,
SALVO EL MIEDO
(manifiesto extraído de Solidaridad Obrera)
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