lunes, 1 de julio de 2013

LIBRO DE LA SEMANA


CATASTROFISMO,
administración del desastre 
y sumisión sostenible.



Autor: René Riesel, Jaime Semprún.
Editorial: Pepitas de Calabaza.
Año de Publicación: Logroño, marzo 2011 (1ª edición).
Nº de páginas: 140 pags.
PVP: 10 euros.
 


"[…] La catástrofe histórica más profunda y más real, la que en última instancia determina la importancia de todas las demás, reside en la persistente ceguera de la inmensa mayoría, en la dimisión de toda voluntad de actuar sobre las causas de tantos sufrimientos, en la incapacidad de considerarlas siquiera lúcidamente. Esta apatía va a resquebrajarse, en el curso de los próximos años, de manera cada vez más violenta por el hundimiento de cualquier supervivencia garantizada. Y quienes la representan y la alimentan, cultivando un precario statu quo de ilusiones tranquilizantes, serán barridos. La emergencia se impondrá a todos y la dominación tendrá que hablar por lo menos tan alto y claro como los propios hechos. Con tanta mayor facilidad adoptará el tono terrorista que le conviene cuanto que estará justificada por realidades efectivamente aterradoras. Un hombre aquejado de gangrena no está dispuesto a discutir las causas de su mal, ni a oponerse al autoritarismo de la amputación. […]"
Encyclopédie des Nuisances, n.0 13, julio de 1988





“Acusados tan a menudo de derrotismo, y sobre todo precisamente de catastrofismo, tal vez sorprenda vernos ahora, cuando la catástrofe es como el tráiler que se proyecta una y otra vez en todas las pantallas, del tiempo venidero, declararnos hostiles a lo que a pesar de todo podría pasar por una toma de conciencia, o al menos por un principio de lucidez. Pero sería sin razón, pues ello supondría engañarse por partida doble: a la vez sobre lo que hemos dicho anteriormente y sobre lo que dicen esos expertos que se han vuelto tan alarmistas. No hablábamos de la misma catástrofe, y la catástrofe total de la que ellos hablan no es más que un fragmento de la realidad.”
René Riesel / Jaime Semprún, Capítulo IV.




Haber casi causado una revolución mental que, lamentablemente, afectó a menos personas de las que se creía en un principio (e incluso muchas de las que sí les afectó acabaron viciándose y formando parte del establishment y la opulencia capitalista) y sobrevivir al ocaso de un mundo de libertades utópicas, flores en vez de armas y espíritu de filosofía moderna en detrimento del alzamiento sin medida del capitalismo salvaje y sus consecuencias, da rabia. Más rabia dará si eres Jaime Semprún, líder situacionista fallecido hace escasos meses (en agosto de 2010, para más datos), ninguneado por la gran prensa incluso habiendo sido uno de los grandes pensadores de la segunda mitad de siglo XX y una de las manos derechas de Guy Debord, teórico de la alarma y la debacle de la sociedad contemporánea, creador de la (primero, revista, y luego) editorial L’Encyclopedie des Nuisances (donde publicó a gente como George Orwell o Chuang Tse) y de títulos como El abismo se repuebla, Precis de Récuperation o Diálogos sobre el fin de los tiempos modernos; y si eres René Riesel, miembro de la eclosión situacionista en el ’68 y expulsado tres años más tarde, luchador desde el alambre, ex convicto por verbalizar su descontento, participante activo de la revista de Semprún y auténtico mecenas de la lucha anarquista 2.0. Debe joder mucho, pero la creación de uno de los alegatos más ligeros, breves y con valor institucional de las últimas décadas contra la maquinaria capitalista y, en general, contra el pensamiento y accionar de la sociedad moderna como es Catastrofismo, administración del desastre y sumisión sostenible, vale la pena volver a creer en aquellas utopías (im)posibles.

Catastrofismo... es un compilado en forma casi bíblica no por su tamaño, sino por la literatura de cada uno de los treinta preceptos (o capítulos) en los que Semprún y Riesel se ponen de acuerdo al formalizar uno de los textos post-situacionistas más importantes que haya parido madre. Se encargan de desmoderar el show business actual y de crear una suerte de manual histórico de las consecuencias actuales de “la sociedad del espectáculo” (¿un segundo capítulo de aquella obra cumbre de Debord?). Pepitas de calabaza edita por primera vez en nuestro país dicho texto, uno de los epílogos que mejor define el pensamiento de Semprún y, en general, las filias posmodernas y anti-perroflautistas de la lucha desarmada, moderada y analítica contra el avance de la sociedad del miedo que se han encargado de edificar con solvencia y velocidad los estados del Primer Mundo. Ambos escritores citan la historia de nuestros tiempos con un lenguaje tan sesudo e inaccesible, por momentos, como agitador, angular y necesario. Probablemente una de las obras magnas de la lucha posible y la definición más certera que se ha hecho en los últimos años sobre el porqué de la debacle de un modelo que, ya caducado, sigue reinando y repoblando semillas en todo el globo terráqueo.

Alan Queipo

 (texto tomado de www.notodo.com)


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